Alemania y Francia son partidarios de que Portugal acepte ser rescatado por el Banco Central Europeo. Al menos así lo recoge hoy la publicación germana Der Spiegel. Según la revista, que guarda el anonimato de sus fuentes, el país vecino «no puede financiar su deuda a ritmos razonables», como sucedió a finales de 2010. Si Portugal no acepta la ayuda el cáncer económico se puede extender a otros países de la zona euro. Y el siguiente en caer sería España. Pero que nos rescaten sí que sería un problema. Muchos bancos germanos, galos o ingleses han invertido en nuestros activos. Si cae España, dicen algunos, caerá Europa. Otros dicen que España debe tanto dinero que es mejor que no caiga, porque su rescate sería inasumible para el Banco Central Europeo.
Lo cierto es que esta primera semana de 2011 ha sido apoteósica. Portugal ha tenido muchas dificultades para colocar su deuda: «El tesoro lusó pagó un 80% por colocar letras a seis meses», se leía ayer en Internet. Circunstancia que ha pasado factura también a España.
Evolución del riesgo país español. Fuente: Cinco Días
Nuestra prima de riesgo (o riesgo país) estaba en torno a los 250 puntos básicos. Ayer cerró en 269. Una barbaridad para España, porque no es Grecia, que aún estando intervenida coloca deuda a 973 puntos básicos.
Así pues, las alertas se han vuelto a encender. Pero un nuevo protagonista ha entrado en juego esta semana: China. El gigante asiático no entiende de crisis: su PIB creció un 10% en 2010, un ritmo inalcanzable para cualquier país desarrollado. Y han decidido echarnos una mano. El viceprimer ministro chino, Li Keqiang, aterrizaba en España para hacer negocios. Además de comprar jamones, y establecer acuerdos económicos de diversa índole, ratificó su confianza en la economía nacional y prometió seguir adquiriendo deuda made in Spain.
Economías emergentes
Los BRIC: Brasil, Rusia, India y China pueden servir para salvar un problema coyuntural: que España coloque deuda en la próxima subasta. Pero en Europa no podemos ni debemos acostumbrarnos a ello. No está bien que una cultura tan lejana, ajena y misteriosa controle nuestra economía. Y no se trata de hegemonía, sino de coherencia. Igual que en occidente se denuncia a China porque no cumple los DDHH y se veta su presencia en determinados foros, no se puede recurrir al país asiático en ocasiones desesperadas como ésta. Los favores se hacen desinteresadamente a los amigos. China no es amigo sino un desconocido. El gigante asiático comienza a tener la sartén por el mango y un día querrá apretarnos las tuercas a su manera.
Sí, España se encuentra en una situación delicada. Pero que a nadie se le olvide que el problema no se agrava hasta que sucede. Aquí entran en juego los especuladores. Personajes que se dedican a la compra-venta de euros, dólares… Y de deuda pública. Al final ellos manejan los hilos y el BCE se convierte en una marioneta que sólo puede recurrir a los rescates financieros de los países miembros. A regalar euros. O a prestarlos a cambio de un interés bajo. Pero, ¿a dónde va ese dinero? Se supone que a ayudar al país que lo recibe, aunque una gran parte se lo traga la tierra. O, más bien, los especuladores. Si se rescata a Portugal se rescata a España, al menos de momento. La gripe se contagia por contacto (de una persona sana con una partícula griposa) y estos cánceres económicos no son distintos a la gripe. Si ahora Portugal rechaza la ayuda nosotros tendremos problemas para colocar nuestra deuda y acabaremos pagando un pato que nunca sabremos si realmente podríamos haber evitado. Quizás aún estemos a tiempo. Ya veremos. Pero China no es la solución, es sólo un parche.
El futuro periodista 